Los bebés de las hadas tienen que dormir, como todos los bebés del mundo. Y no vayáis a pensar que es cosa fácil conseguir que se vayan a la cama...!
Siempre querrían quedarse despiertos hasta muy tarde persiguiendo luciérnagas, jugando al escondite entre los árboles o paseando a lomos de caracoles y mariposas.
Algunas noches es tan difícil conseguir que se duerman que no hay más remedio que recurrir a cosas extraordinarias. Y algo extraordinario es una lluvia de estrellas..!
Entonces sí que los pequeños se tienden en sus camas para ver mejor como el cielo se llena de luces que corren en la oscuridad, aparecen y desaparecen, quizá jugando a un escondite celeste. Y poco a poco, el sueño llega...
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