En un paraje muy lejano,
dos pequeños hermanos,
lloraban con desconsolación.
Niño varoncito cuidaba con valor,
a su hermana de su propia aprensión;
lágrimas salían de sus ojitos,
suspiros de dolor quebraban su corazón.
Una bella hada apareció,
(Sin ton, ni son)
y les dijo con dulce voz:
¡Vengan niñitos, los llevaré a su casita!
¡Vengan corazón, ya no lloren por favor!
Los hermanitos sonrieron,
y cada uno le dio su mano sin temor.
Pero, al caminar ya un largo trecho,
se dieron cuenta del error,
y al mirar al hada,
en una fea bruja se convirtió.
Reía sin parar.
Reía sin cesar.
Y los hermanitos de temor,
empezaron a llorar.
Sin embargo,
la niñita para si pensó:
Si esta bruja malvada,
alguna vez fue hada,
tal vez tenga buen corazón.
Y al menor descuido de la fea bruja,
un beso de compasión le dio.
Y he aquí, que la bruja descarriada;
volvió a ser una bella hada,
y con una sonrisa le contestó:
-¡Gracias, pequeño corazón!-
dos pequeños hermanos,
lloraban con desconsolación.
Niño varoncito cuidaba con valor,
a su hermana de su propia aprensión;
lágrimas salían de sus ojitos,
suspiros de dolor quebraban su corazón.
Una bella hada apareció,
(Sin ton, ni son)
y les dijo con dulce voz:
¡Vengan niñitos, los llevaré a su casita!
¡Vengan corazón, ya no lloren por favor!
Los hermanitos sonrieron,
y cada uno le dio su mano sin temor.
Pero, al caminar ya un largo trecho,
se dieron cuenta del error,
y al mirar al hada,
en una fea bruja se convirtió.
Reía sin parar.
Reía sin cesar.
Y los hermanitos de temor,
empezaron a llorar.
Sin embargo,
la niñita para si pensó:
Si esta bruja malvada,
alguna vez fue hada,
tal vez tenga buen corazón.
Y al menor descuido de la fea bruja,
un beso de compasión le dio.
Y he aquí, que la bruja descarriada;
volvió a ser una bella hada,
y con una sonrisa le contestó:
-¡Gracias, pequeño corazón!-
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