11 feb 2011

Mundos espirituales


Los mundos espirituales tienen muchos nives, todos ellos habitados por seres. Algunos están más cerca de esta tierra, como Tir-nan-Og; otros son demasaido raros como para imaginarlos; muchos otros están en medio. Podemos viajar a estos lugares de noche, mientras dormimos. Se trata de un cuerpo sutil, espiritual, que existe en el mismo espacio que nuestro cuerpo de carne y hueso, pero que se separa en el sueño. Permanece unido al cuerpo por un hilo plateado, pero puede viajar lejos, muy lejos de él, e este mundo y en el Otro. Asi que podemos visitar los mundos de las hadas en nuestros sueños.

Muchas de las cosas que aprendemos sobre el reino de las hadas y las actividades de estas no encajan bien. En parte, todo esto pasa porque nuestra idea de que todo lo de la existencia debe "encajar" es producto de nuestra razón.  Las hadas y el reino de las hadas son notablemente irracionales e inconsistentes; sin embargo, si confiamos en nuestros instintos y percepciones, existen patrones con los que podemos familiarizarnos.

Los cuatro elementos:
Si una creencia o concepto está arraigado en lo profundo de la psique humana, lo más probable es que sea real en al "plano astral", pues este origina, en parte, desde nuestra imaginación y/o nuestra imaginación se origina desde él. Uno de los conceptos profunda y persistentemente arraigados en el ocultismo occidental es el de los cuatro elementos: aire, fuego, agua y tierra. Los antiguos creían, literalmente, que todas las sustancias estaban formadas por ellos.

De modo más simbólico, estos tienen significados poderosos y van asociados a energías elementales que podemos visitar o que pueden visitarnos. Las hadas también están relacionadas con estos elementos, y muchas se agrupan específicamente como "miembros" de un elemento en concreto. 

En uno de los niveles de los planos astrales existen cuatro maravillosas ciudades encantadas, cada una asociada a un elemento: agua, fuego, aire o tierra. A su vez, los elementos van asociados, respectivamente al Este, Sur, Oeste, y Norte. En cierto modo, cuando entran en nuestro nivel de existencia son portales misteriosos de las energías elementales. También constituyen la morada de algunas hadas que encuentran ahí su hogar, o de aquellos que tienen motivos para visitarlos. También puedes visitarlos en sueños o visualizaciones.

La Ciudad Encantada de Gorias:
Gorias es la ciudad del aire y del Este. Un arroyo de cristal, alimentado por muchas cascadas relucientes, recorre una valle esmeralda. Por las laderas de las montañas circundantes cuelgan blancos edificios rectangulares, con banderines multicolores que salen de los tejados y ondean en la brisa perpetua. En el valle se erige un edificio cuadrado con un reluciente tejado de oro puro. Se respira una atmósfera de paz y tranquilidad, las flores crecen en brillante profusión y los campos están llenos de sonrientes trabajadores.

Del edificio de la cúpula dorada cuelgan bordados de criaturas bellas, terroríficas y encantadas. En el interior, en una habitación sombría, hay una estatua de oro macizo. Su oro es tan puro que su brillo ilumina la habitación. La estatua muestra a un hombre con una espada en la mano derecha y una flor en la izquierda. Esta estatua es, de hecho, el hada maestra de esta tierra. La espada que sostiene representa el poder del intelecto, que atraviesa la ignorancia. La flor simboliza la dulzura que lo suaviza. El aire es el elemento mas relacionado con el pensamiento.

La Ciudad Encantada de Finias:
Finias es la ciudad del fuego y del sur. El horizonte se extiende sobre un montón de arena soleada, y junto a un oasis se erige un conjunto de edificios antiguos. Atravesado por un impresionante arco, un camino se adentra en el desierto para terminar desintegrandose en la árida tierra. Arboles plateados dan sombra al oasis, y sus gentes poseen un corazón cálido. Aquí la luz es perpetua, la noche no cae nunca. El camino conduce al corazón de la ciudad, a un edifico antiguo y decrépito cubierto de símbolos arcanos.

El interior del edificio es fresco y acogedor. El suelo tiene una espiral, y cuando entras en ella sientes la necesidad de danzar y de entrar a formar parte de la red de la vida. Otra habitación sin ventanas tiene un asta que se levanta desde el suelo. Al mirarla le crecen ramas y flores. La habitación se llena de bellos aromas y todo parece posible.De hecho, el hada maestra de Finias enseña que todo es posible (si así lo deseas), pues el fuego es el elemento mas relacionado con la imaginación y la intuición. Estas invitado a formar parte de su vibración.

La Ciudad Encantada de Murias:
Murias es la ciudad del agua y del Oeste. Se levanta a la orilla de un océano occidental, y tras ella se erigen colinas, bajas y ondulantes. El viento sopla gotas de lluvia con las que las calles de adoquines relucen al sol vespertino. Los comerciantes están atareados vendiendo frutas exuberantes y telas suntuosas, y muchos barcos cargados de productos extranjeros se balancean anclados en la bahìa. Árboles majestuosos crecen entre los edificios de tejas rojas y sus hojas cambian a ricas tonalidades doradas y rojizas según se va acercando el otoño.

Una gran catedral se erige sobre un montículo, y un camino conduce a su puerta occidental. Su oscuro interior resplandece con extraños grabados que muestran una inefable sabiduría. En su extremo más lejano, una maravillosa ventana rosa brilla a la mortecina luz del sol. Cuando la miras, esta maravillosa ventana empieza a brillar y a florecer como si fuera una rosa de verdad. Tu corazón responde floreciendo. Descubres un perfecto cáliz dorado en un altar. El hada maestra de Murias intenta abrir tu corazón a tus sentimientos y a los de los demás, ya que el agua es elemento de la emoción.

La Ciudad Encantada de Falias:
Falias es la ciudad de la tierra y del Norte. Una penetrante oscuridad la rodea. Sus torres están hechas de metal y sus puntas muestran faros que relucen como joyas brillantes. La ciudad es enorme y sólida. No tiene habitantes, pero se respira una vida rica, pues es el anteproyecto de todas las ciudades terrestres, y resulta familiar. En el centro de la ciudad se levanta una enorme roca meteórica, alrededor de la cual cuelga un aura antigua. La piedra esta cubierta de una luz sutil y con ella llegan multitud de recuerdos de este mundo y del Otro, de lo personal y lo colectivo, y su conciencia comprende incontables vidas y la sabiduría profunda inherente en la ciudad. El hada maestra de Falias pretende que seas consciente de tu conexión con la tierra y que toques esta roca para hacerte consciente de la antigüedad de tu alma, pues la tierra es elemento que conecta con la realidad, con la experiencia y la fuente del ser

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